Las empresas son como el oxígeno de un país. No solo brindan bienestar, sino que también energías para avanzar y tener un desarrollo óptimo.
Japón es uno de los mejores ejemplos. Gracias al desarrollo de sus empresas, en especial de las pequeñas y medianas (que representan el 99.7 % de las que hay en el país), son la tercera economía más grande del mundo.
Teniendo en cuenta ese contexto, el programa ‘JICA Chair’ posibilitó que Gaku Funabashi, asesor senior del Departamento de Desarrollo Económico de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA) y profesor asociado de la Escuela Internacional de Administración de la Universidad Internacional del Japón, hablara en Los Andes acerca de las claves del desarrollo industrial y la gestión empresarial japonesa.
La charla inició referenciando a tres sectores empresariales de Japón: el automovilístico, el tecnológico y el químico. La intención fue resaltar que el primero ha sido el más competitivo desde 1960 y, posteriormente, explicar las razones del éxito.
La industria automovilística, tal como explicó el experto, ha conseguido que los empleados produzcan un alto número de productos al año. Pero, además, que cada uno de ellos logren tener un valor agregado.
Esa característica ha permitido que la industria japonesa sea reconocida por mejorar y agregarles nuevas cualidades a productos ya existentes. A diferencia de Estados Unidos, que se destaca más por crear continuamente desde ceros.
La compra de las mejores máquinas y el trabajo de los empleados en el mismo lugar de la producción han sido las tareas fundamentales para consolidar esa dinámica. Esto debido a que no solo se fabrica con mayor rapidez, sino que el personal de la compañía detecta qué modificaciones debe hacerles a los productos y realiza controles de calidad constantes.
El profesor Gaku Funabashi también explicó que otro de los puntos clave del posicionamiento de la industria japonesa es que las empresas medianas y pequeñas tienen una relación directa con las grandes y se convierten en sus proveedores. Adicionalmente, que se les consultan ideas innovadoras a investigadores y se buscan recursos inimitables.
“Los recursos inimitables son lo más importante para ser competitivo. Después de que se consiguen, ningún competidor puede lograr los mismos efectos así intente hacer algo idéntico”, puntualizó el también doctor en Estudios Internacionales de la Universidad de Tokio.
Su consejo para las empresas colombianas fue que, en primer lugar, identifiquen qué desarrollo quieren tener. De esa manera, posterior al análisis, pueden acoplar algunas estrategias de otros países e irlas modificando según sus necesidades y objetivos.
En la conferencia estuvieron presentes Takasugi Masahiro, embajador de Japón en Colombia, y Mauricio Oliveira, vicerrector Administrativo y Financiero de Los Andes. “Esta es una gran oportunidad para celebrar la alianza con JICA y aprender lecciones de la tercera economía más importante del mundo”, enfatizó el directivo de la Universidad.